#EnNutsaTeVesYSientesBien
Para ahorrar tanto tiempo como dinero no hay nada mejor que recalentar los restos de ese exquisito plato que cocinaste con tanto esmero. Pero, cuidado, tienes que seguir un protocolo, porque hay varias bacterias que le han puesto el ojo a tu creación culinaria.
Lo mejor es recalentarlo una sola vez, tanto por seguridad como para que no se pierda el sabor. Siempre tendría que ser a una temperatura de 70º y el método variará mucho dependiendo del tiempo con el que cuentes. El socorrido microondas es el más rápido, pero también el que deja la comida menos suculenta. Es ideal para una sola ración, pero no olvides poner algo de aceite de oliva o agua para que la comida no te queda reseca. Y si tienes algo de tiempo y tus sobras van más allá de una escueta ración, no lo dudes: pásalo por la sartén o por el horno. Ahorrarás dinero y la diferencia de sabor es notable.
Y ten en cuenta que si vas a reciclar las sobras varios días después, lo mejor es que las congeles, para evitar riesgos y conservar sus nutrientes.
Hay comidas que son más seguras de recalentar que otras. La línea roja está en los huevos, que no se sugiere recalentarlos. Las verduras, en especial la col y las espinacas son bastante especiales a la hora de ser recalentadas, pues contienen nitratos que se pueden convertir en indigestos nitritos. Las setas y las papas también cambian sus propiedades con el proceso, y en algunos casos pueden causar problemas digestivos.
El pollo tampoco se recalienta favorablemente. De hecho, según la Agencia de Estándares Alimentarios de Reino Unido recomienda que no se lave antes de hornearlo, para evitar una infección por campylobacteria. Esta bacteria puede sobrevivir hasta dos horas por la cocina y puede enfermarte aún con dosis muy pequeñas. La mencionada agencia también advierte sobre los cuidados que debes llevar a cabo con el arroz, cuya bacteria Baculius Cereus puede enfermarte. Por ello, lo mejor es sacarlo del fuego, dejarlo enfriar y ponerlo en el frigorífico lo antes posible.