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El licopeno es un carotenoide con propiedades antioxidantes naturales, que se encuentra presente en el jitomate, y que protege las células del estrés oxidativo producido por los radicales libres asociados al desarrollo de la mayor parte de enfermedades cardiovasculares, del cáncer, de la inmunidad, y del envejecimiento prematuro. A estos beneficios se suma su poder para prevenir el riesgo de infarto cerebral o ictus, según ha demostrado un grupo de científicos de la Universidad de Finlandia Oriental después de realizar un estudio prospectivo, cuyos resultados se publicaron en la revista Neurology, y de los que se ha hecho eco la Fundación Española del Corazón (FEC).
Aunque no se sabe exactamente qué componentes proporcionan esta protección, esta última investigación se señala al licopeno, que es un potente antioxidante que es diez veces más fuerte que la vitamina E. Concretamente, ha demostrado que el licopeno tiene propiedades vasodilatadoras que protegen de la hipertensión arterial, de la formación de coágulos, reduce la producción de colesterol y ciertamente protege del riesgo de ictus.
Un estudio hizo un seguimiento de más de 12 años a un total de 1.031 hombres de entre 46 y 65 años. Después de ajustar los datos obtenidos según algunas variables (edad, año de examinación, presión arterial sistólica, tabaquismo, colesterol, etc) los expertos observaron que el grupo de hombres que poseían altas concentraciones de licopeno (258 hombres) tenían un 59% menos de riesgo de sufrir un ictus isquémico y un 55% menos de riesgo de sufrir cualquier tipo de accidente cerebrovascular, incluidos los hemorrágicos, en comparación de los individuos que se encontraban en el cuartil más bajo de licopeno en sangre (un total de 259 hombres).
Los investigadores también observaron que no hubo ninguna asociación entre la presencia de otros antioxidantes analizados, tales como el alfa-caroteno, el beta-caroteno, el alfa-tocoferol o el retinol, y el riesgo de ictus. De los individuos estudiados, 67 (el 6%) sufrieron un accidente cerebrovascular a lo largo del seguimiento, que en la mitad de los casos (50%) fue de índole isquémico.