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Recientes estudios han conseguido relacionar las grasas trans con un mayor peligro de enfermedad coronaria y patologías cardiovasculares. Al mismo tiempo, ha limpiado el nombre de las grasas saturadas en estos problemas. Según el estudio, el riesgo de sufrir de diabetes tipo 2, ataques al corazón o muerte no está asociado a las grasas saturadas.
El estudio es bastante contundente y claro: las grasas saturadas en una dieta normal no son tan peligrosas como tendemos a pensar. Desde tiempo atrás las grasas saturadas y el colesterol se tienen demonizados por la ciencia nutricional. Sin embargo, hace ya un tiempo que las grasas saturadas han mostrado que podrían no ser tan perniciosas. Sin embargo, el peligro de las grasas trans parece seguir confirmándose. Según la misma investigación, no se encontró riesgo asociado de padecer ataques al corazón, diabetes, problemas coronarios y una mayor mortalidad con la presencia de grasas saturadas en la dieta. Por el contrario, sí se pudo asociar un aumento sustancial (entre el 20 y el 35%) en la incidencia de enfermedades vasculares, infartos y mortalidad a las grasas trans.
Para que lo entendamos, las grasas trans son grasas insaturadas obtenidas mediante hidrogenización industrial. Esto es, mantequillas y aceites a los que se le suministra hidrógeno para solidificarlos y aumentar su textura y estabilidad. De esta manera, los alimentos duran algo más. Las grasas trans se usan normalmente en panadería industrial y se especifica en los ingredientes que contiene un alimento.