#EnNutsaTeVesYSientesBien
¿Sabías que la menta engaña tu paladar?
Cada vez que saboreamos algo que tenga menta, o cualquiera de sus derivados como puede ser los que se encuentran en una pasta de dientes, ocurre un fenómeno curioso: sentimos frío. Un frescor en la boca que se acentúa cuando bebemos agua, por ejemplo.
La culpa la tiene un canal iónico presente en las células de la lengua, llamado TRPM8. Ese canal está relacionado con la sensación de frío y es el que, en bajas temperaturas, se activa y manda la señal de frío al cerebro. Algunos compuestos, como el mentol de la menta o el eucalipto, da la casualidad de que también activan esos canales iónicos generando un impulso que el cerebro interpreta como frío y que en realidad no existe.
Lo curioso es que no hay nada “frío”, el agua. Si bebes la mitad de un vaso de agua antes de tomar algo que tenga menta y algo después, la sensación será completamente distinta, pero el agua permanecerá a la misma temperatura.