#EnNutsaTeVesYSientesBien
¿Sabías que un adulto promedio consume un kilo de azúcar en dos semanas? Hay azúcar en alimentos obvios como el chocolate o las galletas. Pero también hay grandes cantidades «escondidas» en otras comidas no consideradas dulces.
En marzo de 2015 la Organización Mundial de la Salud, OMS, redujo su recomendación diaria de consumo de azúcar a un 5% del total de calorías ingeridas para llevar una dieta sana óptima.
Esa recomendación es un desafío para los hábitos alimenticios de hoy en día: en los países occidentales, el azúcar suele representar hasta 15% de la ingesta diaria de energía.
Pero algunos nutricionistas van incluso más allá y recomiendan consumir menos del 3% de azúcar en nuestra dieta.
Estos límites son para todo el contenido de azúcar que hay en nuestros alimentos, tanto azúcares naturales como los que hay en la miel, la leche o los jugos de fruta, como azúcares añadidos y refinados, porque el cuerpo no distingue entre el azúcar natural y el procesado.
Efectivamente, todos los tipos de azúcar son transformados en glucosa y fructosa y procesados en el hígado.
Calcular cuánto azúcar hay en la comida puede ser confuso porque en las etiquetas puede aparecer bajo distintos nombres.
Pero casi todos acaban en «osa»: glucosa, fructosa, sacarosa, lactosa, maltosa, jarabe de maíz de alta fructosa.
Los fabricantes no suelen estar obligados por ley a separar los azúcares añadidos de los naturales en una etiqueta de nutrición, pero normalmente puedes ves la cantidad total de azúcar presente fijándote en el número que dice «Carbohidratos (de los cuales azúcares)».
En general, si hay más de 15 gramos de azúcares por 100 gramos se considera un producto de alto contenido en azúcar.
Mientras que 5 gramos por cada 100 de producto es un contenido bajo azúcar.