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A lo largo de la historia, el café ha sido considerado como una ventaja y un vicio para nuestra salud. El último estudio se inclina a favor de la ventaja: este dice que beber café, ya sea normal o descafeinado, puede reducir el riesgo de muerte.
Los investigadores comenzaron con datos de encuestas que hicieron con adultos en Estados Unidos a quienes les preguntaban cuánto café consumían, así como otros alimentos y bebidas, y luego estudiaron sus tasas de mortalidad y enfermedad durante las siguientes dos décadas.
El estudio fue amplio; incluía a más de 200.000 mujeres y 50.000 hombres.
Al principio, los investigadores no vieron una relación evidente entre el consumo de café y las tasas de mortalidad. Los participantes del estudio que bebían de menos de una taza a tres tazas de café al día, presentaron de 5% a 9% menos de riesgo de muerte que aquellos que no bebieron café. Aquellos que bebieron más de tres tazas al día, no vieron ningún beneficio. El hallazgo fue turbio, como en estudios anteriores, algunos de los cuales sugirieron un beneficio y otros no.
Pero cuando los investigadores vieron el consumo de café solo entre personas que dijeron que nunca habían fumado, la relación quedó mas clara: aquellos que bebieron de menos de una taza a tres tazas de café al día, presentaron de 6% a 8% menos de riesgo de morir que los que no bebían café. Aquellos que bebieron de tres a cinco tazas y más de cinco tazas presentaron tasas menores de mortalidad, de 15% a 12%.
«El riesgo menor de mortalidad concuerda con nuestra hipótesis de que el consumo de café podría ser bueno para ti (porque) hemos publicado documentos que muestran que el consumo de café está asociado con un menor riesgo de padecer diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón», dijo Ming Ding, una estudiante de doctorado en el departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard. Ding es la autora principal del estudio, el cual fue publicado el lunes en la revista Circulation.
Lograr ver la relación entre el consumo de café y la menor tasa de mortalidad pudo haber resultado difícil debido a que el café y el cigarro a menudo van de la mano, y cualquier beneficio asociado con el primero pudo haber quedado anulado con el segundo. Aunque a los participantes del estudio se les preguntó sobre su hábito de fumar, podría haber existido una tendencia, en especial entre los que fuman mucho, de subestimar la cantidad promedio de cigarrillos que fumaban al día, dijo Ding.